"Jo no t'espero". Es una de las frases que más he leído en los últimos días a raíz de la visita de "susantidá" el Papa Ratzinger Z a la ciutat podrida de Barcelona que, últimamente, no sabe muy bien por donde navega y apuesta por estas inversiones millonarias con un dinero público que administra un Estado que se declara aconfesional, pero que no duda en proclamar a los cuatro vientos un cristianismo que deberíamos haber superado ya, y que seguiremos pagando aunque acudamos a otros rituales más interesantes y lascivos, como el que ofreció ayer el nuevo mesías del Rock and Roll, la bestia parda de los escenarios, The Mango Kid, Dan Cojones, Danko Horchata, alguien que sí fue esperado por los que amamos el rock and roll y los grandes conciertos destroza tímpanos de los que tanto disfrutamos. Acompañado de su "Satanic Rock and Roll Band", el señor Danko volvió a ser un vendaval y a demostrar que pocos le hacen sombra hoy día en un escenario. Con su inconfundible indumentaria negra y su bonita guitarra con la que entabló un surrealista conversación al comenzar los bises, descargó algunas de sus mejores coplillas con un sonido casi perfecto y un puesta en escena más que espectacular a pesar de las reducidas dimensiones de la Bikini. No sé que tiene esta sala, pero los dos últimos conciertos que he visto aquí han sido de lo mejor, y eso que tuve que desgañitarme cantando las canciones del señor Danko Jones con una sola cerveza debido al elevado precio de la birra. 5 euritos ni más ni menos. Se nota que estábamos en la zona alta de Barcelona.
Valió la pena pues perderme la proyección de la peli de la banda Trapera que coincidía en hora y cuya entrada no pude revender por casi ahogarme en ese océano de coches, motos y taxis que es Barcelona y que me obligó a abortar la operación "reventa" para conseguir beber almenos una birra más. Al llegar a la Bikini, ya estaban tocando unos zagales ingleses cuyo nombre no recuerdo pero que, a pesar de tener un buen sonido, me dejaron bastante indiferente con su rock metal facilito tirando al emo. El cantante estuvo en la puerta al finalizar el concierto intentando vender su disco a 5 euros a grito pelao como una gitana en el mercadillo, pero poco éxito tuvo. No sé si se habría dado cuenta que el disco de su grupo valía lo mismo que una cerveza, debió ser por eso.
Tras los sufridos teloneros apareció Don Danko y empezó con nuevo material que, como suele ser costumbre, desconozco, pero que no llegó a aburrir pues pronto llegaron las canciones de Born a Lion, We Sweat Blood, y Sleep Is The Enemy, mis favoritos. Tuvieron digna representación con canciones como Play the Blues, Lovercall (Introducción explicatoria de sexo oral incluída), Forget My name, Dance, She's drugs, o Sticky SItuation, entre otras.
Mención aparte merece el episodio de la horchata que ya se está conviritendo en parte del ritual, amén de su arenga para ser un tío echao p'alante como es él, algo que transmite a la perfección y que demuestra una personalidad arrolladora y un carisma del que carecen montones de frontmans hoy día. No faltó el recuerdo a los caídos del Rock: Cliff Burton, todos los Ramones muertos, Johnny Cash, Bon Scott, Joe Strummer, Pete Steel (Que yo no me había enterado que había muerto) y un recuerdo especial para el número uno según Danko, el señor Ronnie James Dio, que tan laureado está siendo tras estirar la pateja.
Este fue uno de los últimos episodios del concierto que no volvió a traer al Elegido, al Caudillo del Rock and Roll. El que nos salvará de tanta bazofia imperante en este mundo nuestro de música blandita y sin alma que, afortunadamente, queda en nada cuando gente como ésta pisa un escenario. Hail hail Rock and Roll. Hail Mr. Danko Jones. The Mango Kid. Dan Kohones, Danko Horchata.