lunes, 20 de julio de 2009

A la tercera va a la vencida


Ha pasado más de una semana desde que Metallica hayan pisado Barcelona y me veo obligado a escribir mi pequeña crónica tanto de la actuación de los señores millonarios Metallica como de los otros muchos grupos que estuvieron dando guitarrazos en el Sonisphere el 11 de julio de este mismo mes.

El séñor Carrasco no se dignó a llegar hasta pasadas las 6 y yo ya andaba por el recinto del Fórum hacia las 4. Previamente no tuve más remedio que quedar con un par de rubias, dos gemelas que se llamaban San Miguel, no pude quedar con las Xibecas esta vez, y en compañía de ambas agarré la línea amarilla para bajarme en una parada donde no lo había hecho nunca, para ir a un recinto que desconocía por completo. La táctica, siempre efectiva en estos casos, fue seguir a toda la manada de heavys que en el metro había. Éxito asegurado. Las dos horas siguientes fueron, entre trago y trago, bastante interesantes pues exploré cada uno de los rincones del recinto, que era inmenso y con escenario doble, y que me recordaba un poco a las añoradas tardes de Viña Rock y similares. No añoraba tanto esas colas infinitas para comprar cerveza y /o mear. Barcelona es una gran ciudad y parece que también lo es para guardar cola, pues si no fuera por los mochileros con birra de barril a las espaldas, la espera hubiera sido un coñazo. Menos mal que siempre conoces a alguien con quien comentar el concierto de después.

En soledad pude volver a ver después de unos años a Soziedad Alkohólika, en un concierto donde su condición de teloneros se me hizo un poco rara. Eso de tocar de día y en la parte delante del escenario con un sonido más que dudoso no es a lo que estoy acostumbrado de ellos. Aún así, el cariño especial por este grupo y la descarga de esas canciones que tanto me gustan como Palomas y Buitres, No kiero participar o Ratas me hizo disfrutar como siempre lo hago con este grupo. Me pregunto por qué siguen tocando ese cristo de canción llamada Peces Mutantes. Las del nuevo no estaban mal. Sobra decir que no se pueden comparar con las antiguas, per almenos el disco "Mala Sangre"está más que bien.

Los siguientes conciertos fueron más´"música de fondo" que otra cosa, gracias al etado etílico en progresión en el que me encontraba y al desconocimiento de las canciones de la mayoría de ellos. Los primeros fueron Mastodon. Nivel etílico: Bajo. Me esperaba más de este grupo. Tocaron el escenario pequeño, más bonito que el grande por estar junto al mar. No sé si porque me esperaba más de este grupo o porque el mar es algo que siempre me ha fascinado, me pasé más tiempo mirando el horizonte que a los cuatro tipos estos que dicen son los nuevos reyes del metal. Lo dice el Mondosonoro así que vaya usted a saber. Desde la grada era difícil verle la cara al pringao que recibió una paliza del bajista de System of a Down. Bueno otra vez será.

No pude ver a Lamb of God, Gojira, ni a The Eyes. Estos últimos parece ser que son de Barcelona y Lamb of God otros que dicen que son el nuevo referente metálico. También lo dice el Mondosonoro.

El que sí fue alguna vez un referente metálico es el señor Phil Anselmo, al que pude ver bastante de lejos con su grupo Down. Lo pude ver en compañía del amigo Carrasco que ya había llegado previamente, y esta era la segunda vez que presenciaba en directo a este grupete que en el que toca el 50 % de Pantera. Como la primera vez, hace una año en Bergen, la impresión fue un poco indiferente pues este grupo no me acaba de "fer el pes" como se suele decir. Supongo que les falta rapidez pero, sobretodo, les falta un monstruo de la guitarra que se llamaba Dimebag Darrell, que con su legado seguramente hará parecer unos sosos a todo los guitarristas que acompañen a Anselmo y Rex el resto de sus días. Lo siento chavales.

Antes de aposentarnos en el escenario principal, nos encontramos a los señores de Soziedad Alkoólika. Nivel etílico: Bastante alto. Nos hicimos una foto con Roberto, ese gran batería y mejor persona, y los S.A. lógicamente, se deshicieron de nostros rápido como hicieron con los demás pesaos que por allí pasaban.

Machine Head: Nivel etílico: Demasiado alto. Este grupo es uno de esos que siempre he escuchado en pequeñas cantidades y que he considerado en muchas ocasiones sobrevalorado. Lo sigo considerando y su música no me convence de que sea normal que hubiera visto tantas tatuajes del logo MH en el recinto. Cuestión de gustos supongo. La lejanía y el alcohol en sangre me impiden un jucio objetivo del concierto pero se escuchaban muchas voces vitoreando a Rob Flynn y compañía. Estaré equivocado, supongo.

Los siguientes fueron los payasos de circo Slipknot. No tienen ni una canción que les haga merecedores de tocar en una sala más grande que Bikini o la Sala, pero así son las cosas y parece ser que una batería que da vueltas y un tío con una careta pegando castañazos a un bidón con un palo, son suficientes. Intenté encontrar en este último instrumentista una relación con las canciones. No pude, la verdad.

Quien no necesita de estas chorradas para meter más de 50 mil personas son Metallica. Aunque durante muchos años han usado algún que otro espectáculo pirotécnico, y son demasiado esclavos de su imagen, cuando se cuelgan una guitarra y empiezan a tocar esas canciones tan insuperables, nada más hace falta. Porque Metallica son Metallica y porque el tiempo pone a los buenos en su sitio y a los malos en el suyo. Metallica son una leyenda aunque hayan intentado mil y una veces detrúir su propio mito. La prueba está en que , a la hora de la verdad, cuando hay que seleccionar una lista para un concierto de dos horas, se cogen tres canciones de Kill 'em all, tres del Ride the lightning, tres de ...and justice for all y del Master of Puppets. Las mierdas se quedan en casa. Entiéndase por mierdas todo el material de St .Anger, Reload y sobras de Load. Del negro, que parece ser el disco que más siguen apreciando (en parte porque, alcanzaron la cima en cuanto a composición y sonido) tocaron más canciones que de los demás. No podían faltar las inevitables de Death magnetic, disco que no está mal, pero que estoy seguro que irán desapareciendo en las próximas giras.

No es de extrañar que tocaran termazos trash como Fight fire with fre, Phantom Lord, o Blackened. Esta última me hizo especial ilusión, así como Fade to Black, donde Hetfield agregó al final: "es increíble que cantéis así, siempre debería ser de esta forma", haciendo referencia al último dibujo de guitarra de la canción.

Hetfield se marcó un par de discursillos de hermandad de metal y no se qué más historias que contradicen un poco sus devaneos anteriores con el rock alternativo y demás cosas raras que no van con Metallica. Supongo que se han dado cuenta que el metal es mucho más grande que toda esa música que apreció en los 90 y que su posición de liderazgo en este género no tiene vuelta atrás. Para mi ya está bien.

No pude evitar fijarme en los detalles de se escenario que estuve montando ahora hace una año en mi querida Bergen. Era el mismo y pude identificar a alguno de los indeseables Jonnys que trabajaban con Metallica y que no dudaban en gritar con un garrulo acento yanki a todos los chavales que cargábamos como burros las tablas que Metallica pisotean noche tras noche. Fue un alivio pensar que podía escuchar Enter Sandman sin tener que pensar que uno de esos gorilas iba a reclamarme para empezar a guardar trastos a la velocidad de la luz.

En resumen, un gran concierto y el mejor de los tres que he visto hasta ahora. El primero del 99 era de los últimos que hacía el señor Newsted, cansado ya de las tonterías de Hetfield y Ulrich, y el del pasado año en Bergen, aunque 100 % con canciones viejas, no pude disfrutarlo del todo puesto que en realidad estaba "en horas de trabajo". La experiencia fue otra.

Como bien dijo Ulrich, 6 años son muchos para esperar a Metallica de nuevo y espero volver a ver a estos tíos que, aunque ya han llegado a la condición de dinosaurios, siempre serán bienvenidos en mi corazón amante del metal Metallica. Qué bonito, y que potente al mismo tiempo...