miércoles, 16 de diciembre de 2009

Recuperando el paraíso


Ignoro si la mayoría de gente que aquel día de diciembre por la noche se acercó a la Razzmatazz 2 pensaría de esta manera al acordarse del concierto que Paradise Lost ofrecieron en Barna en una de las primeras noches en serio de este invierno que acecha. Gélido el ambiente, perfecto para grupos como Paradise Lost que han sido abanderados de la música más oscura que ha nacido en Europa con permiso del Black-Friki-Metal de Noruegas y demás paises escandinavos. Más bien estaría seguro que ninguno de los que allí estaban realmente esperan nada de estos ingleses siniestros. Sus prominentes barriguillas y cortas lanas les delatan como nuevos miembros del club de los grupos que forman más parte del pasado que del presente. Todos van pasando por el aro y parece que Paradise Lost ya han llegado al punto de editar álbumes que intentan recuperar el estatus que alcanzaron cuando se plantearon "evolucionar".
Supongo que para mi es más fácil valorar el concierto puesto que estos señores ingleses nunca han sido parte de mis grupos favoritos. Desconozco la mayoría de su discografía y solamente alguna que otra canción más que destacable ha llamdo mi atención. Eso me sitúa en ventaja y me permite decir que el concierto me gustó y como no formo parte de ningún ejército salvador del metal más auténtico y underground, pudo decir con absoluta serenidad que salí satisfecho, más aún cuando la última canción fue "Say just words". El señor Mackintosh tuvo que salir por patas por algunamovida familiar, que según el papelillo en perfecto castellano que encontramos en las escaleras del Razz 2 se debió a una enfermdad grave de un familiar. Se rumoreaba un final de gira, pero continuaron almenos esta noche con el parche de otro individuo llamado Mily Evans. El tío se desenvolvió bien por lo que deduzco que la espantá del guitarrista de Paradise Lost ya estaba viéndose venir.
Lo poco que ví de los teloneros Tiamat me sirvió para presenciar un buen grupo pero sin batería por ningún lado. Hay que reconocer que sonaba bien, pero semejante sacrilegio a la formación clásica de rock sin sus instrumentos imprescindibles me hizo recelar de aquella actuación que me empezó a sonar a Prodigy o algo parecido. Prejuicios, prejuicios. Sí, soy de los que también piensa que no me mola el "cantante nuevo " de AC/DC.
Buena noche, que acabó en cerveceo como es debido y que me obligó a admitir la inminente llegada del invierno, con los Paradise Lost como ceremonia de bienvenida.