martes, 9 de junio de 2009

RUBIANES somos casi todos


Los que no son de Rubianes seguramente no estuvieron ayer en el Palau Sant Jordi. Los que alguna vez lo hemos sido hicimos ayer acto de presencia en el susodicho estadio donde sólo los grandes grupos, o los inflados comercialmente, pueden actuar. Como me parece más que descabellado pensar en Rubianes como alguien inflado comercialmente, prefiero compararlo con los grandes grupos que he visto en el Sant Jordi como Metallica o Maiden. Hay que decir también que los homenajes póstumos suelen ser más multitudinarios que cualquier actuación en vida, pero aún así, dudo mucho que se vuelva a ver un homenaje como el que vimos ayer ante 15 mil personas. Y sinceramente, creo que el Rubianes se lo merecía más que nadie. Por esa capacidad de hacer reír a todo dios, ese magnetismo que cualquier patán de la tele mataría tener y por ser ese personaje que no dejaba indiferente a nadie. Tengo que reconocer que me jode un poco que sea tan favorito de los progres que en realidad no lo son, pero el hecho que tanta gente acudiera al Sant Jordi ya es motivo de satisfacción como poco.
Por allí pasó de todo: cantantes, humoristas y otros que lo intentaron, actores, amigos y compañeros de Rubianes. Carles Flavià no dudó en dejar un puyita a Zapatero por su homenaje a Antonio Vega obviando al homenajeado de esta noche, sin duda por su último escándalo de la puta España. A la hora de la verdad todo sale a flote. EL abuelo del maki demacrao como siempre pero vivo al fin y al cabo. Pavlosky y su argentino acento haciendo dar besitos al público (surrealista), los cansinos de Fuentes y Sardà, Martirio sin las peinetas que yo recordaba de pequeño, el Buenafuente con un monólogo en su línea, el Monràs hablando de Cuba en su breve aparición, Lucrecia que me aburre a morir pero que me permitió ir a mear, el Graset (la informació és una SElva), los grandisísisisisimos Faemino y Cansado, con los que lloré de la risa, el Tricicle que aunque graciosos no superaron a sus predecesores (imposible), y luego Serrat al que siempre está bien escuchar sentadico, aunque no se si aguantaría un concierto entero de este hombre, Carlos Núñez y su gaita y pa acabar la imitación de Iniesta, el Rey y Johan de Polònia i Crackòvia, también de lo mejorcito. Tengo que admitir que lo que hizo Latre me gustó, igual porque se trató de imitar a Gila. Tequila pusieron un poquillo de rock suavecito y al salir Els Comediants un espectáculo chulo de fuegos y malabares. No se me ocurre nada más que explicar excepto que fue la despedida a un tío grande que era Pepe Rubianes y que se vayan a cagar ya con la puta España...

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