lunes, 22 de diciembre de 2008

Malas compañías

El pásado sábado 20 de Diciembre tuvo lugar en nuestra querídisima Sala (que ahora así se llama), un concierto que prometía ser especial y que así lo fue. El grupo en cuestión era Bad Co. Project. Nada que ver con el grupo setentero de Paul Rodgers. Este grupete sale, tal como decía la promoción, de las cenizas de Oxymoron, la que ha sido para mí la mejor banda de Punk rock en Europa que hubo en los noventa. Lo bueno de sus canciones me hizo enhgancharme a ellos. Mi primer "viaje" a Barcelona recién sacadito el carnet de conducir fue para ir a La Báscula a ver como presentaban el disco Feed the Breed, allá por 2001, y no me importó plantarme sólo en aquella sala. Fue uno de los mejores conciertos de mi vida y así lo esperaba. Era la segunda vez que vi a Oxymoron, tras el Festival Sense Nom, en el que mis recuerdos fueron algo "difusos". Se podría decir que los he visto una vez y media.
Así que esta vez. año 2008 y despés de haber esperado tanto para volver a vivir decibelios de puro punk rock, en mi estimada ciutat de Sabadell pude volver a disfutar almenos, de la cabeza visible, lo que queda de Oxymoron: El frontman, más conocido como Sucker y punki como el que más. COn sus cabeza rapada, su sien tatuada, y los pantalones y botas de rigor, este hombre volvió a demostrar que siempre será un personaje a recordar para todos aquellos a los que alguna vez nos ha gustado el punkarreo. Estaba claro desde el principio que las canciones más esperadas iban a ser las de los Oxys, y de hecho, cuando sonaron coplillas como Dead End Generation, Bored and Violent, Crisis Identity, y sobretododo The Pigs y Life'es a Bitch, los que allí estábamos se lo hicimos saber. Y digo sobretodo the Pigs y Life's a bitch porque estas dos canciones eran las que Kalaña solíamos tocar , con mucha voluntad, eso sí, por lo que cuando sonaron, los tres integrantes kalañeros que allí nos encontrábamos nos alegramos enormemente, e inclusos subimos a cantar el estribillo, cosa que solemos hacer bastante, todo sea dicho.
La cosa es que disrutamos como gorrinos y fue otra noche a recordar en lo que respecta a conciertos en la Sala, y es que no hay nada mejor que disfrutar de una descarga como ésta con los altavoces pegados a la oreja, sintiendo los guitarrazos en la cara , y unos músicos a los que sientes respirar y sudar entre decibelios y energía pura. El ritual se convierte en algo mágico y ese círculo de energía que se retroalimenta y del que algunos músicos hablan a veces, se convierte en realidad. De este tema estuve hablando con mi querido hermano de metal Carrasco. Nuestra amor compartido por Metallica nos llevó a estar un buen rato discutiendo sobre el mundo del rock en general y de los conciertos en particular. Del abismo entre las grandes estrellas del rock y los obreros musicales que pululan por sitios como la Sala y puedes sentir de cerca. MI experiencia con los Metallica ya me hizo cuestionarme muchas cosas y me hizo ver otras que ya describiré hasta rayar en estas páginas. De momento sólo puedo decir que sigo creyendo en el Rock and ROll cuando disfruto de ratos como estos en los que nada más existe. LARGA VIDA A LOS oXYS...

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